Leía esta mañana una cita que decía algo así como "seguía llorando a su hija nacida muerta hace setenta años", y yo me pregunto quién entiende de tiempo sino de dolor, porque nadie puede poner el cronómetro a cero cuando la muerte te ha sacudido de cerca, cuando la has sentido en tus entrañas. Quien convive con la ausencia de uno o varios hijos comprende que el tiempo ayuda a diluir la desazón pero no a edulcorar el vacío.
Imagen tomada por Norma Grau |
Y me he visto sorprendida por lágrimas anegando mis ojos, hoy, y por qué hoy me siento tan triste, barruntaba. Hoy era la fecha probable de parto de Ager hace cuatro años, 5 de mayo. Cómo puede el alma o la memoria emocional almacenar tanta información y hacerla aflorar sin ni siquiera ser una misma consciente de ello. He ahí el gran misterio. Y qué hacer, pues seguir llorando al hijo fallecido, igual que el personaje de la novela, setenta años después o cuatro solamente.
Confieso que últimamente me cuesta mucho asomarme a este espacio, el día a día me interpone otras cuestiones y también otros hijos; Hegoi, ese ser maravilloso que irradia color y felicidad con esa sonrisa; y Yon, al que por fin pudimos verle la carita hace unos días en la ecografía 5D y, jo, cuánto se parece a sus hermanos. La magia de la genética es brutal, la nariz de su prima, la misma boquita y mentón los tres, es emocionante. (os lo dejo en stories de IG.). Como os decía, que me voy por otros derroteros, he actualizado un poquito el logo y la cabecera del blog, y he venido a vaciarme aquí, a este hogar que considero tribu y que me sirve como herramienta de liberación, porque aunque para sentir hay que pensar primero, este cuaderno de bitácora me hace estar en paz.
Os comparto esta imagen del primer regalito que recibió Ager por parte de su izeko Ana y sus primas, y que de momento nadie ha llegado a usar. Pertenece a esa clase de objetos que quedaron en nuestras manos vacías y que quisimos preservar tal cual. La fotografía corresponde a la sesión que tuvimos con Norma Grau, a la que entrevistaremos dentro de poco para saber un poquito más de su trabajo, y a la que le debo tanto.