#Fragmento 19 # 31.03.2020# CELEBRAR EL CUMPLEAÑOS DE TU HIJO MUERTO. 31.03.2019
By SOY LA AMATXU - 16:25
No hay fiesta ni regalos, ni globos ni tarta; no hay risas, aplausos ni llamadas de amigos y familia, únicamente silencio. De hecho, muchos ni siquiera recuerdan qué día es hoy y lo que significa para ti, su madre, su padre. Celebrar el cumpleaños de tu hijo muerto es atroz; hay que tragar, porque esto ni se mastica ni se digiere; sino que regurgita. Hoy, 31 de marzo, estoy aquí para celebrar el primer cumpleaños de Ager y honrar su memoria, pero también para ti, para que te des cuenta de que tus sentimientos son los míos y los de muchas otras.
Un año que parece una década. Has envejecido por dentro y te has apagado desde que tu hijo dejó de patalear, luchando hasta el último aliento. Dicen que las fechas señaladas son demoledoras, pero se queda corto. Esta sensación es inenarrable. No hay palabras descriptivas para la magnitud del vacío que dejó, y que nada puede llenar. Ni nadie. No sé cuántas veces habrás oído en este último año que te compres un perro o que te vuelvas a quedar embarazada cuanto antes; que olvides, que pases página porque tienes que seguir adelante, que lo que no te mata te hace más fuerte, ..... . Consejos de gente que no conoce en absoluto a la mujer que eres, que silencian y menosprecian tu duelo.
No puedes llevarle una flor ni comprar un mísero globo de helio y lanzarlo al cielo porque las tiendas están cerradas. Un virus nos tiene retenidos en casa; un virus pasajero. El dolor por su ausencia es sempiterno, idéntico al que están sintiendo los familiares que no pueden despedirse y enterrar a los suyos. No entiendes de medicina pero de esto sí sabes. También de la soledad de una sala de UCI vacía, de un reloj incansable frente a la cama que te recuerda que el tiempo sigue pasando aunque para ti la aguja dejó de moverse; de horas sin comer ni dormir porque no son imprescindibles. ¿Dónde está mi hijo?- te preguntas.
También podrías hablar de lo que supone completar un "libro de embarazo y del primer año", de la carga que se te pone en los hombros cuando has de rellenar huecos para los que no tienes respuesta. Quién le bañó por primera vez, cuándo comenzó a gatear, cuándo se puso de pie, dónde duerme o cuál fue su primera comida triturada. Sus primeros sonidos, cómo llama a papá o a mamá, cuándo dio el primer beso o cuándo le salió el primer diente; y la peor de todas: ¿qué hiciste por su primer cumpleaños? Nada -piensas pero aunque te sientes ahogar entre tanto vacío, lo celebras. Lloras, cantas, escribes, ríes, dibujas, de la manera más sincera que encuentras, pero lo haces porque es otro modo de seguir honrando a tu hijo, de demostrarle que tu amor es inextinguible, incondicional e inmarcesible.
Yo tuve un parto por cesárea que me perdí porque estaba aniestesiada, pero sí podría dibujar con los ojos cerrados el cuadro completo de un cordón cortado en dos, de un vientre vacío y unos brazos con peso muerto. No hay tijeras que corten este lazo inextricable e irrompible, aunque pasen mil vidas. Ager, hijo, nunca sabré cómo sonaría tu llanto, cómo sería tu voz, si dirías primero "ama" o "aita", el color de tus ojos o de tu pelo, pero sí sé que me diste amor dese que viniste y eres lo más esencial de mi vida. No puedo más que darte las gracias y desearte que allá arriba tengas una celebración de estrellas por todo lo alto. Te amo, siempre.